Oquedad
1st volume of poetry of Ana María González
Tu silencio es la barrera de los que no luchan. La mañana gris, las plantas muertas. Tu silencio refleja los peces que mueren y las flores marchitas. Tu silencio es un río de ilusiones que no llegan a cumplirse. La impunidad de los que abusan y ultrajan.
Tu silencio penetra la oscuridad para encontrar una esperanza, sacarla a flote y mostrarla al mundo como la luz de ilusión que a tantos nos hace falta. Tu silencio es una mirada a la pobreza que no podemos aceptar, pero que tampoco culmina con un tazón de arroz o la caridad de los afortunados. Es el agua que nos hace falta para regar las esperanzas, el amor y la posibilidad de seguir viviendo con la certeza de nuestras acciones y la realización de nuestros sueños. Tu silencio es una daga que corta, que hiere, que aniquila que no mide consecuencias ni espera oportunidades. Es un silencio atroz, desgarrante, que exige, que llora, que gime, que implora, que demanda justicia.
Tu silencio es la maldición de los abusos perpetrados anunciados en la televisión, el periódico o la radio. Es el silencio del momento para decidir, la cruz del crucero que tenemos al frente nuestro, sin crimen que nos coja de las manos ni bofetadas que nos hagan reaccionar y reconocer al humano que llevamos, que somos, que perdemos en nosotros mismos. Es tu silencio una lluvia de estrellas que se desprende del firmamento claro, profundo, eterno, infinito, pleno y alentador. Es tu silencio una caída de palabras que se fugaron de tu cuerpo, que no encuentras en los hombres, ni en las mujeres, ni en los niños. Un silencio que te ha robado el ser, la mente, el alma… Tu silencio hiere, anima y encuentra vuelo en los pájaros, en las nubes desaparecidas, en los ladridos de perros nocturnos que rompen un silencio artificial y falso, un silencio que consiente sólo por ser silencio. Es tu silencio un dolor, una pérdida, una esperanza, una pena y un lamento.
Tu silencio.